viernes, 1 de agosto de 2014

Del amor, la muerte y la resurrección de este-24

Desperté sobresaltado porque mi sueño se me iba.
Salté de la cama y a toda velocidad intenté recordar para así no dejarlo ir…
Pero se me desvaneció. No recordé más.
Así confundí el adiós de ayer con risas, ridículas, pero llenas de amor y
No supe si lo que viví estuvo en mi sueño o si el que no estés más aquí es real.
Me levanté de la cama, abrí las cortinas, raídas y olorosas
Como una vejez prematura que pronto saltaría también a mi piel…
Vi que no había sol y caí en cuenta de que ya eran 2 días iguales
¿Seguiría durmiendo?
Si la piedad es ilusoria o en el mejor de los casos, ingenua,
Yo debí saberlo: el abrazo no sería devuelto y yo debí saberlo.
La piedad es ilusoria y mis ruegos ingenuos, pues la brisa fría me mostró
Que el sol no saldría más porque mis días son noches.
Vi que nunca desperté, porque nunca dormí

 Y por lo tanto nunca soñé, es real que ya no estás junto a mí.

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