lunes, 2 de junio de 2014

Del amor, la muerte y la resurrección de este-9

Un himno al amor, del amor que vive en mí y que perdurará

He seguido a nuestro amor por el pasadizo de esta tierra
y vi que, juguetón, fue más allá.
Lo cogí por su brillante crin para que no huyera
sin mostrarme su infancia y su origen y así, fuerte,
me llevó con él.
Pasajes bíblicos no entendidos por iglesia humana aparecieron ante mí pero el iluminado guiador sopló: "Aquí no empieza".
Lo seguí cual luz oscura hasta el ombligo infinito de Dios,
justo cuando la explosión creadora me expulsó de su centro.
El tiempo desde cero emprendió la historia del universo
junto a mi amor por ti y lo vi, lo entendí:
cuando todo empezó, todo empezó.
Yo fui el primer polvo que se unió a ti para formar la galaxia,
la primera tormenta de fuego cuando tú fuiste el sol,
tu primer impulso de pie cuando saliste del mar a conquistar la tierra. Yo fui la rama cuando descubriste el fuego y la primera piel
que te vistió.
Yo fui un fariseo y tú fuiste el Cristo que me absolvió de la duda
y tú mi primera verdad cuando fui un ateniense pensador.
Porque has existido en mí desde antes que existieras,
porque he sido tu madre e hijo y tú mis besos.
Nuestro amor me sacó de esta visión con carcajadas y
dejándome en la tierra susurró volviendo a escapar:
"Soy inmortal".

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