Los vacíos del cuerpo son como uno: Inmensos, inmensos.
Me enamoré de ti por tu espíritu poderoso y dejé que creyeras que fue por tus respuestas.
Seguí cada paso tuyo porque sin ti le temo a todo, pero dije que lo hice para protegerte.
Alabé tu alegría como si fuera mía porque sin ella tú no habrías existido.
Imagino tu soledad, hoy, y lo siento. Sé que sin mí no podrás, sé que sin ti no puedo.
Real es cada hueco en mi cuerpo, cada uno en mi alma.
Frecuento aún tu risa a lo lejos, perdido en cada vacío.
Inmenso.
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