martes, 8 de julio de 2014

Del amor, la muerte y la resurrección de este-20

Regido por tu vida estoy yo, debajo de la mía estás tú.
Cada rincón de mí has limpiado, cada nuevo objeto es tuyo. No son los mismos mis sueños, no son los mismos los vicios, con la fe de tu pincel dibujaste en mí,nueva perversión, de noche, a oscuras. 
Mi reflejo en el espejo es la sombra de tu arte y nada quedó intacto. El inventario de mi mente se sopló en vacío y ahora escribes tú. 

No hay recuerdos de quién fui, si acaso sin ti fui algo.

No hay recuerdos de quién fui, sólo sé que hoy soy mejor.
Por eso, hoy el frío me aturde al esconder de la luz mi vida y aunque soy consciente del peligro de exponer ante Herodes a Jesús, aún así quiero adorarte frente a todos y gritar que soy yo quien enciende tu piel. Temo nunca llegar a hacerlo.
Temo perderme en la fragilidad del tiempo si la voz de tus ojos se vuelve silencio y me olvide de que hoy soy mejor, y vuelva atrás, a respirar en esa nada que fue todo sin ti.

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